El papel estratégico de la etiqueta en la industria y su diferencial en el rendimiento industrial
La cadena industrial va mucho más allá de lo que llega al consumidor final. Motores, engranajes, sistemas electrónicos, entre otros componentes, cumplen diferentes funciones y niveles de importancia — y muchos de ellos son fundamentales para el funcionamiento del bien de consumo final. Uno de esos componentes clave es la etiqueta.
La etiqueta debe acompañar al producto durante todo su ciclo de vida, lo que representa un gran desafío para industrias que operan en entornos extremos, con variaciones bruscas de temperatura, superficies oleosas o de baja energía superficial, además de la exposición a distintos tipos de productos químicos.
La resistencia y durabilidad de la etiqueta no impactan únicamente en la identificación de cada componente. Factores como la trazabilidad, la seguridad y el cumplimiento de certificaciones regulatorias son funciones críticas de la etiqueta y de su rendimiento — que no puede fallar. Si se despega o pierde legibilidad en un entorno exigente, pueden producirse pérdidas de control en la producción, fallos en auditorías y, principalmente, un daño a la confianza del consumidor en la marca y en el producto final.
Para responder a las demandas cada vez más estrictas del mercado, las cadenas industriales han venido innovando, adoptando tecnologías modernas, actualizando procesos fabriles y buscando nuevas materias primas. La industria de autoadhesivos no ha sido la excepción — y ha invertido en nuevas formulaciones y combinaciones químicas, capaces de ofrecer un rendimiento superior incluso en las aplicaciones más exigentes.
Como resultado de esas investigaciones, Avery Dennison desarrolló el adhesivo Fasson® S8049: una solución híbrida que combina la adhesión inmediata y resistente del caucho con la estabilidad térmica y química del acrílico. El resultado es una etiqueta con adhesión duradera, incluso en condiciones extremas, resistente a la exposición continua a solventes, compatible con superficies de baja energía como PP y PE, y con certificaciones para aplicaciones tanto internas como externas.
Elegir la etiqueta adecuada impacta directamente en la productividad de la fábrica, el tiempo de inactividad, la satisfacción del cliente final e incluso en la reputación de la marca. La etiqueta ideal no debería notarse — precisamente porque funciona a la perfección, sin llamar la atención.
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